En esta ocasión, no hace referencia a las agallas de las branquías de los peces, sino a las excrecencias redondas que se forman en robles, alcornoques y otros árboles y arbustos, que recuerdan a la forma de los testículos, y a éstos alude eufemísticamente la expresión.
Por eso viene esta expresión de... "Hay que reconocer que fulano tiene agallas".
¿Y tú?, ¿tienes agallas?
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